miércoles, 1 de agosto de 2007

Bendito baño de agua fría

¿Quién nos hubiera dicho que el clásico baño de agua fría iba a tener más funciones de las que pensábamos? Un estudio afirma que esa ducha fría no sólo nos baja los humos sino que también nos hace correr mejor
Un estudio realizado en la Universidad de Charles Sturt en Nueva Gales del Sur, Australia, descubrió interesantes virtudes de las bajas temperaturas en el organismo del corredor. Primero cogieron a unos cuantos corredores (de fondo, por supuesto) y los dividieron en dos grupos. A unos les introdujeron en una bañera en la que descendía paulatinamente la temperatura. El resto se quedó esperando. ¡Qué sorpresa cuando, tras finalizar el baños, echaron todos a correr! Los runners “bañados” pudieron correr más distancia que los “secos”.
La cosa es así: la temperatura del baño baja hasta 23 grados, y se está allí dentro una horita. Después, se ponen a correr como locos durante media hora en una cinta. La habitación en donde se realiza la experiencia está a 32 grados de temperatura y la humedad es del 65%. Para no precipitarse en sus conclusiones, 4 días después los investigadores le dieron la vuelta a la sartén: El grupo que había realizado la experiencia se convirtió en grupo control y viceversa. Los atletas enfriados corrieron en la media hora que duró la prueba controlada entre 300 y 350 metros más que aquellos que no se habían bañado en agua fría, una mejoría del 5% aproximadamente.
Siendo el consumo de oxígeno el mismo, la diferencia está relacionada con la habilidad del runner de mantener más baja su temperatura corporal. Después de la inmersión en agua a 23 grados, la temperatura del deportista cede un grado, mientras la de la piel suele ser de 27 grados. Al hacer ejercicio, la temperatura de la piel sube a 34/9 ºC. En cambio, los atletas del grupo control tuvieron temperaturas de la piel entre 37 y 40 ºC. La actividad física siempre genera calor. Un calor que va desde la sangre a la piel, donde se pierde gracias al sudor. El pre-enfriamiento permite mantener más sangre en los músculos y que esto mejora el aporte de oxígeno y glucosa .Por tanto, si se puede suprimir el esfuerzo termorregulador se mejora el rendimiento Los expertos creen que el truco consiste en bajar la temperatura central del cuerpo y hacerlo, además, de una forma lenta y gradual.
Revista Runner`s World
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